Venezuela- César Zelada

Venezuela- César Zelada

Venezuela: Crisis, actas y guerra civil

Por César Zelada*

Si alguien esperaba que la crisis política venezolana se resolviera mediante las elecciones presidenciales, pues, se equivocó. Al contrario, las elecciones estarían profundizando la crisis ya que las mismas se dan en un contexto donde la “democracia venezolana” es asediada por el Imperio del Norte y las elecciones fueron parte de una negociación política en las alturas con los responsables de la crisis: la oposición derechista. El resultado por ahora es de 16 muertos y centenas de detenidos.

El oficialismo, al dar por contabilizado el 80% de las actas, dio como ganador a Nicolás Maduro con el 51.2% de los votos contra el 44.2% del ex diplomático Gonzales Urrutia. Por su lado, la oposición que, preventivamente, había agitado fraude electoral si su candidato no ganaba, no reconoce el conteo del Consejo Nacional Electoral (CNE), y declaró como presidente ganador a Urrutia con un conteo que sería 70% contra 30% de Maduro.

La patronal FEDECAMARAS, que en el 2002 dio un golpe de estado contra Hugo Chávez, reclama al CNE, auditoría y publicación del 100% de las actas. Varios países de la Comunidad Internacional (CI), con la excepción de los países que integran los BRICS. EE.UU. acaba de reconocer a Urrutia como nuevo presidente. Y Maduro habla de un complot a lo Guaidó 2.0.

De esta forma, el bloque derechista, que en todos estos años ha intentado de imponerse a través de golpes de estado, lock outs, sanciones económicas imperiales, intervenciones militares, etc. hablan de “transparencia y democracia”. Un dato para anotar es que María Corina Machado, al denunciar fraude electoral, se basa en información de la consultora Edison Research, que no tiene ningún tipo de neutralidad técnica ya que es una empresa vinculada a la CIA (Naked Capitalism, 30/07). Cuestión que la gran prensa latinoamericana debería mencionar públicamente para aparentar objetividad.

Como señalamos en una nota anterior, la potencia yanqui, después del fracaso en varias intentonas golpista contra el chavismo y de la explosión de la guerra imperialista en Ucrania (que disminuyó la oferta energética), terminó impulsando el Acuerdo de Barbados, levantándole las sanciones al petróleo venezolano e ingresando a hacer negocios a través del pulpo petrolero Chevron en la franja del Orinoco. Pero a la vez EE.UU. será permeable a las presiones de la lucha de clases. Si observa que los protestantes contra el chavismo son millones (y en este caso el propio chavismo reconoce que las marchas están compuestas de sectores populares como el Petare), van a aprovecharlas para pulsear si es posible derrocar a Maduro o en su defecto someterlo más y alinearlo políticamente.

El debate respecto a la transparencia es interesado porque se da en un país con más de 7 millones de venezolanos en el extranjero y una mayoría popular que vive en la indigencia, producto de las sanciones económicas impuestas por EE.UU. (estimuladas por Corina Machado), y del callejón sin salida del nacionalismo burgués del “Chavismo sin Chávez”.

Así las cosas, hemos ingresado a un nuevo estadio donde el término “democracia” es utilizado por ambos bandos según su interés, disimulando que, por un lado, la crisis tiene su raíz en una crisis mundial capitalista que se profundiza y que está tomando la forma de una guerra militar de alcance internacional, y por otro, en una guerra civil latente que puede alcanzar dimensiones espectaculares. En este contexto, Machado está obligada a movilizar a su base social por temor a que EE.UU. terminé pactando con Maduro.

En otras palabras, la crisis política no se resolvería en el marco de los parámetros democráticos burgueses, transparentando las actas, sino a través de medidas de fuerza (golpes o contragolpes de Estado), como ha sido durante estos 25 años de asedio a la democracia burguesa venezolana, donde los conatos de guerra civil han sido más la regla que la excepción. Esto no descarta, por su puesto, pactos de gobernabilidad o repliegues.

*Dirigente de la Agrupación Vilcapaza y director de la revista La Abeja obrera.