
Universidad de San Marcos: “Nudo de inquietudes plaza de victorias” Enrique Jaramillo
UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS: “NUDO DE
INQUIETUDES, PLAZA DE VICTORIAS” ¡AHORA Y SIEMPRE!
Soy de una generación que, soñaba con un Perú más libre, democrático, justo, humano, digno y rebelde en las décadas de 1965, 1970 y 1980. El año 1972, después de concluir la carrera de profesor de Educación Primaria, en la PUCP, ingresamos a estudiar Sociología a la UNMSM, con un entrañable amigo, Juan Enrique Bazán Saavedra; y en el integrado conocimos: a Lucy Borja Espinoza, Elio Portocarrero Ríos, Ananías Huamán y otros. En San Marcos, aprendí a quitarme la ceguera del conocimiento, gracias a los consejos y enseñanzas del Aníbal Quijano Obregón, Manuel Valladares Quijano, profesionales sentipensantes, comprometidos con la condición humana de los condenados de la tierra (Fanon), a quienes conocí en mi natal Yanama-Yungay-Ancash.
La historia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, parafraseando a Juan Gonzalo Rose, es una historia de inquietudes, luchas, y plaza de victorias. No obstante, el clientelismo político y el prebendismo de los últimos rectores: Luis Izquierdo; Pedro Cotillo; Orestes Cachay, y Jerí Ramón, la lucha estudiantil perdura. Los rectores para imponer sus clientelas se han valido de los operadores políticos y, en la actual coyuntura electoral, no han tenido el menor escrúpulo de imponer sus intereses de grupo, tachando a la organización de estudiantes y docentes que, se oponen a la actual gestión. Parafraseando a Alfredo Bryce Echenique, San Marcos es el Perú en chiquito, donde se juntan Todas las Sangres; del Perú oficial, y el Perú no oficial (Arguedas, Matos Mar, dixit), donde la llama de la justa rebeldía juvenil jamás se extinguió.
Ante un proceso electoral universitario espurio, el movimiento estudiantil de los sanmarquinos de convicción y corazón, dijeron basta y, como protesta, el 17 de octubre tomaron pacíficamente la universidad. Sin embargo, en horas de la noche las autoridades, facilitaron el ingreso al campus, de matones armados de palos,
para agredir violentamente a las y los estudiantes que solicitaban diálogo y la anulación de las elecciones. Hemos observado el actuar de los matones, pero la rectora miente y niega todo; como Dina dice que es madre, y jamás permitiría que sus hijos sean agredidos con violencia y, se excluye de cualquier responsabilidad. Preocupados por los estudiantes, el viernes 18 acudimos a la puerta 3; y observamos a uno de los agentes de la rectora, más conocido por los estudiantes como Chibolín, que tomaba fotografías, a profesores y estudiantes. No le tenemos miedo. Agradecemos y felicitamos, al movimiento estudiantil por su justa lucha y sana rebeldía. En octubre sí hay milagros: Rectora, operadores políticos, y su CEU perdieron por goleada.