
Sánchez se enfrentará al lawfare.
Pedro Sánchez, tras el suspense político, mantiene su cargo. De forma paralela, la investigación a su esposa, Begoña Gómez, detonante de la carta del presidente, sigue su curso. El Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid abrió diligencias previas para investigar a su mujer por presunto tráfico de influencias y corrupción.
Pedro Sánchez: «He decidido seguir»
Pedro Sánchez ha dejado claro su futuro. «He decidido seguir con más fuerza si cabe al frente de la presidencia del Gobierno. La movilización social ha influido en mi decisión. Pongamos fin a este fango mediante el rechazo colectivo que me comprometo a liderar», ha afirmado en una comparecencia que apenas ha durado diez minutos.
Respecto a la investigación judicial a su mujer, Begoña Gómez, el presidente ha señalado que la «campaña de descrédito no parará», aunque ha insistido en su fortaleza: «Podemos con ella. No es una cuestión ideológica. Es un tema de respeto y de dignidad, principios que van más allá de opiniones políticas. Tiene que ver con las reglas del juego».
El presidente del Gobierno ha justificado su decisión de tomarse unos días de reflexión. De hecho, se ha mantenido alejado de la esfera pública desde el miércoles: «Vivimos en una sociedad en la que se exige mantener la marcha a toda costa, pero hay veces que la única forma de avanzar es detenerse y reflexionar. O decimos basta o esta degradación nos condenará como país».
Pedro Sánchez, arropado por su partido
Desde que Pedro Sánchez envió esta carta a los ciudadanos, las reacciones han sido de todo tipo. El PSOE y las formaciones afines han mostrado su respaldo al presidente. Incluso se produjo, el sábado, una multitudinaria concentración en Ferraz para pedir su continuidad. Formaciones como PP y Vox le han acusado de victimista y de insultar la inteligencia de los españoles.
Begoña Gómez, investigada por corrupción
Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, está en el centro de la polémica de la última semana. Un juzgado de Madrid abrió el miércoles diligencias contra la esposa de Pedro Sánchez por presunto tráfico de influencias y corrupción. El origen fue una denuncia de Manos Limpias, sindicato que el PSOE vincula a los intereses de la extrema derecha.
En la carta de Pedro Sánchez, el presidente se refirió directamente a Feijóo, del Partido Popular, y a Abascal, de Vox y les acusó de «tratar de deshumanizar al adversario a través de denuncias tan escandalosas como falsas». El dirigente socialista se cuestionaba si valía la pena seguir al frente del Gobierno y lamentaba el «fango» que se echaba sobre su mujer.
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