ESTA QUE VEIS AQUÍ…
ESTA QUE VEIS AQUÍ…
Esta que veis aquí, de torva y traidora mirada, de estatura mediana, insegura siempre, amparada por un poder podrido y nefasto. Esta, digo, de nariz casi aguileña, de labios apretados, pero prontos a la mentira desvergonzada; esta es responsable mediata del asesinato de 70 personas del ande peruano, y pasiva de un jalón histórico de greñas, único caso en Latinoamérica, y tal vez en el mundo.
Esta, la que se hace llamar madre de los peruanos, no es sino la bruja madrastra que finge un amor que no tiene y al menor descuido clava el puñal a sus pretendidos hijos.
Esta que habla a veces quechua, pero nunca menciona el ama sua, el ama llulla o el ama quella: no seas ladrón ni mentiroso ni haragán. Aunque no me consta que sea ladrona (ya será investigada a su debido tiempo) ni ociosa, pues anda con sus falsas polleras picoteando migajas de popularidad que no tiene ni la tendrá jamás; pero sí, esta malhadada mujer, nos consta a todos, es una pantagruélica mentirosa.
Esta, la de vanidad enfermiza, la que engañó varias veces al país sobre los relojes Rolex, y que finalmente dijo que fueron un préstamo de su hermano, un tal Oscorima, el oscuro, que se los dio para aparentar ser una mejor presidenta aquí y en el exterior, haciendo el ridículo más ostentoso de los últimos tiempos.
Esta, la que huyó de su casa para no enfrentar a la justicia, y cuya puerta fue derribada a combazo limpio, y, digamos que esa puerta abierta oprobiosamente, también fue el golpe moral definitivo para el esperpéntico espectro que aún pulula en los predios políticos de nuestro país y que solo sobrevive alimentada por ese zombie colectivo que es el Congreso.
Esta mujer es Dina, la traidora, asesina y mentirosa.
Gustavo Benites Jara