Desde esa luz que ya no veo(16 y 17) Juan Cristóbal

Desde esa luz que ya no veo(16 y 17) Juan Cristóbal

«DESDE ESA LUZ QUE YA NO VEO».
16
El sol nos derrite hasta los huesos inexplicables del vacío, hasta los limites convencidos del conjuro donde vivo aparentemente libre de prisiones. Pero apenas caminamos nos atrapa la desconfianza inescrutable de la nada como una forma de esquivar nuestras heridas. Y allí, en ese instante de la vida, todo nos deshonra la mirada, pues no aceptamos ningún orden en el tiempo, sólo nos queda mirar la crueldad de las estrellas ejerciendo sus dominios tan intemporales como presentes en el cielo.

17
Cuanto más hacemos por escaparnos (¿o entregarnos?) de esa vida arrastrada por el suelo más golpes nos entrega la memoria, y todo se nos esfuma de las manos como un círculo perverso en sus errores, pues nada nos aporta las respuestas intraducibles en el agua, diciéndonos “Extinguete tú mismo en las mañanas”. Por lo que seguimos recordando, como aleleando la mirada, la reiteración desmejorada de aquellos caminos solitarios donde los árboles viven derribados en el campo, acompañados de la perplejidad de su desgracia.